La Constitución Política de Colombia dice que la Procuraduría, representada por sus miembros es la encargada de "...ejercer la función de control sobre la conducta de todos los servidores públicos - incluidos los de elección popular - a fin de salvaguardar el imperio del derecho, la eficiencia del orden jurídico, los derechos humanos y los intereses de la sociedad".
La reelección del Procurador
Alejandro Ordoñez Maldonado es un ejemplo muy claro de todo lo contrario a lo que
la Carta sugiere. El señor Ordoñez ejerce control sobre las conductas de los
servidores públicos. El problema es, como lo mencioné hace 2 meses, que afila
el hacha y entiesa el perrero con mucha más intención que cuando él mismo debe
flagelarse. Ha llegado al punto de destituir con pruebas que la Corte más tarde
ha calificado como improcedentes.
El párrafo continua con "...
a fin de salvaguardar el imperio del derecho.." para acordarnos que,
mediante acuerdos bajo la mesa, almuerzos, agasajos y demás formas de clientelismo
barato, típico de los políticos del país, empezó a recolectar los votos que
surgieron como cosecha de dádivas o de insinuaciones de proceder en contra, con
todo el peso de la ley y del acto disciplinario, de aquellos que no tuvieran
claro que su cargo debería extenderse por cuatro años más o contando con el
aval directo, ya que los familiares de estos senadoruchos son de la nómina de
la Procuraduría o cuota política de las cortes
Él dice haber sabido salir avante
de los señalamientos que la sociedad le hace cuando antepone sus principios
religiosos o su homofobia a los lineamientos legales, pero olvida que, a causa
de una tutela, debió retractarse, a su modo, eso sí, de las declaraciones
relacionadas con el aborto en casos permitidos y de su posición contraria a la
ley, así él no lo acepte. ¿Qué expectativas podemos tener de una persona que
sigue un orden jurídico a punto de salmos y que, de ser posible, aparte de
multa y sanción, impondría rosarios y padresnuestros como forma de reformatorio
moral?
Puede haber gente en este país
que considere que lo que Ordoñez hace, con su evangelio, era algo que faltaba
para volver a los caminos de la moral y la decencia, y está bien que lo
piensen. Lo que está mal es que sea el mismo funcionario el que, olvidando lo
predicado, le retuerza el pescuezo a la ley con tal de quedarse en el puesto y,
desde ahí, tratar de modificar el pensamiento de un país que piensa en
dirección progresista, aprendiendo de lo que pasa en el mundo.
Santos, que no sabe para donde
mirar sin que se le vengan problemas encima, no hizo nada para apoyar a la Dra.
María Mercedes López. Esta magistrada del Consejo Superior de la Judicatura fue
la que destapó el escándalo de las pensiones para los magistrados auxiliares de
las Cortes a poco tiempo de que se jubilaran. Con una persona de ese calibre,
uno debe hacer más campaña entre los miembros de su bancada en el Congreso.
Pero no, Santos dejó a la pobre dama buscando votos entre carroña y ripio. Pero
bueno, no me extraña de Santos que solo la haya puesto para cumplir con su
candidato y completar la cuota femenina.
Ya se vendrán las demandas en
contra de la elección por no haber terna completa, y ya sabemos qué va a salir
de ahí. Claro que recuerden que la terna de dos cuando era para fiscal no se
podía, porque no le convenía a cierto sector de la política del momento, y
también recuerden que esto solo pasa en el país donde hay cohecho de uno, como
en el caso de Yidis.
Claro que quienes sí me tienen
asombrados son los disque mente abierta del disque Partido Liberal. Todos los
conceptos que se tienen sobre la forma liberal de ver la vida, que son los que
este grupo político defiende y por los que el elector los escoge, terminaron en
la basura al votar a favor de la reelección de Ordoñez. ¿Dónde queda su aspecto
consecuente? Da grima. Pero todo es culpa de nosotros por elegir siempre a los
mismos sin siquiera saber qué proponen.
Nos tocará aguantarnos pues a
este señor otros cuatro años. Esperemos a ver cuántas sentencias más de
rectificación habrá que aguantarnos.
Nota: Esperemos que los diálogos
de paz con las FARC sigan como dicen que van, por buen camino. Si esa
negociación se daña, Santos pierde la reelección.