miércoles, 27 de junio de 2012

Legislar en Causa Propia


La gente está indignada, y no es para menos. Mientras muchas personas se ven en aprietos legales por cosas tan superfluas como un caldo de gallina, ya que las leyes lo establecen, los padres de la patria, los Congresistas de este, el país del Sagrado Corazon de Jesus, los mismos que hacen esas normas ridículas, ahora también les da por hacer una Reforma para blindarse, o mejor y más técnico, aforarse, para que los procesos en los que están envueltos no los afecten, no los mande a la cárcel y mucho menos pierdan la investidura o sean sancionados por muchos años para ejercer cargos públicos, no sea que se queden sin la gallina de los huevos de oro, esa gallina que empolla con campañas mentirosas y ganadas a punto de almuerzos, sancochos o el t.l.c: tejas, ladrillo y cemento.

Habíamos visto casos que debería darnos pena si fueran planteados en instancias internacionales como el del pobre Senador Corzo, que no tanqueaba con lo que recibía de sueldo y beneficios. O el del senador Merlano, quien no solo conducía ebrio sino que, a punto de tráfico de influencias, siguió orondo esa noche, con las consecuencias de destituciones en la policía que ya conocemos. Esos entre otros más. Pero esto de ahora si no tiene nombre.

Tras adelantar las sesiones requeridas en Senado y Cámara, se asignaron a un grupo de conciliadores para que llegaran al final del asunto con esta reforma que, a pesar de todo, tenía cosas buenas como la desaparición del Consejo Superior de la Judicatura. Sin embargo, la lagartería de esta entidad es tanta, que los más interesados se agruparon, a puerta cerrada, a hacerle las modificaciones más convenientes que los beneficiara. No tuvo ingreso el Gobierno, representado por su Ministro Juan Carlos Esguerra (quien hoy ya renunció); tampoco el Fiscal General Montealegre, quien intentando ser testigo del los cambios, sobretodo respecto a los aforados, no contó con el beneplácito de los asistentes al aquelarre.

Claro está que todo no queda ahí. Para colmo de males, una vez los mencionados salen con la reforma acomodada a su albedrío, blindándose de todo mal, los que no estuvieron en esa reunión, sea por estar en otra sesión o porque se sentían representados por los secuaces que tenían en el mitin, decidieron confiar y firmaron, sea con una superficial lectura, o peor aún, sin leer. Ay Simoncito, como se habrá agarrado la cabeza con las dos manos tu papá cuando tu argumento fue el no haber leído. Acuérdate Simoncito que la Constitución que pensabas modificar la solicitó tu papi, cuando era Presidente.

Me acuerdo del el estrafalario Senador Moreno de Caro, cuando una vez llevó unos gatos, para que se comieran todas las ratas que había en el Congreso. O cuando llevó unos gallinazos para que se comieran la carroña. Yo llevaría queso con Racumín para que todas esas ratas queden patas arriba; y los que no son, porque hubo quienes se opusieron a votar, se salven y sean quienes manejen el timonel de esta arca de Noe. La figura del Congreso no es mala; es muy útil para la democracia. El problema son los animales del arca.

Falta ver si el Gobierno, que flaqueó y mucho, hace algo al respecto, o si los magistrados de altas cortes, que de hecho también se beneficiaron, hacen que la reforma no prospere. Tengan en cuenta que como van las cosas, el próximo presidente del Senado será un tal Roy me-volteo-más-que-un-desvelado Barreras, flautista de Hamelin de vieja data, con el que difícilmente podamos contar para que los que se roben un caldo de gallina sean medidos con el mismo rasero que estas ratas ignominiosas.  

Me acuerdo de un graffiti muy viejo: Que nos gobiernen las putas, ya que sus hijos no pudieron!