jueves, 25 de junio de 2015

Unos Malparidos

Hace poco nos sentimos ofendidos por un periodista de otro país le dijo malparidos a unos futbolistas de la Selección Colombia. Él dice que esa palabra en Argentina significa mal intencionados, pero la ofensa se dio porque lo dijo con malicia, es decir, él fue un malparido.

Pero eso es lo de menos. Lo preocupante es que le damos importancia a un tema tan irrelevante como ese, solo porque ofendió a nuestros héroes caricaturescos como son los miembros de nuestro equipo nacional de fútbol.

Pan y circo, es lo que necesita el pueblo. Se nos desborda el nacionalismo con el triunfo de la selección al punto que, por no saber celebrar, los alcaldes de varias ciudades hacen la movida facilista de decretar Ley Seca cuando juega Colombia, afectando muchos establecimientos de comercio y gente decente por el comportamiento de unos desadaptados. Y lo peor es que le echamos la culpa a esos alcaldes de no dejarnos celebrar cuando es exclusivamente de esos imbéciles que tiran harina desde una moto en la que van tres, cada uno con bandera, pero ninguno con casco; unos malparidos.

Hace una semana todos estábamos tan preocupados por el partido ante Brasil que no nos dimos cuenta que en el honorable Congreso de la República se estaba llevando a cabo el primer debate para modificar el Código de Policía donde, entre otras, le permitiría a esta entidad hacer allanamientos sin orden judicial, como si no nos bastara con el abuso de autoridad, por un lado, y la incompetencia en ciertos procedimientos, por el otro. La Policía, dizque conocedora de la ley, arresta mal a alguien y, cuando el juez lo tiene que dejar libre, el pueblo indignado reclama categóricamente, pero no sabe que el error fue de quien lo detuvo; unos malparidos.

Las FARC reaparecen con sus actos de terrorismo tras el cese unilateral del fuego. Entre otras cosas, hicieron vaciar 23 camiones con 200.000 galones de crudo ocasionando un daño ambiental irreparable, afectando cultivos, fuentes de agua y, sobretodo campesinos trabajadores, pero eso nos tiene sin cuidado pues, no son nuestras tierras ni nuestros cultivos pero sobretodo, porque a Neymar lo sancionaron 4 fechas y quedó por fuera de la Copa América, siendo la segunda vez consecutiva que el equipo colombiano lo saca de una competición, ninguna con fútbol. Entre tanto los cabecillas de la FARC dan órdenes desde Cuba con un ron Zacapa en la mano mientras que al pueblo colombiano le toca el derramamiento de petroleo y sangre; unos malparidos.

Reviven viejas diferencias territoriales entre Colombia y Venezuela, con ciertas diferencias y similitudes. Antes se discutía de manera diplomática entre dos gobiernos democráticos y progresistas, a diferencia de ahora donde cualquier país que quiera acercamiento con Venezuela, se enfrenta a una tapia, a un sátrapa que no tiene idea de nada y que comparte sus ideas de pajaritos que le hablan con todos los jóvenes y jóvenas de su país; un tal Maduro y su intención de mover las fronteras de su país quitándole territorio al nuestro. Pero también hay similitudes como el apellido del canciller de antes y de ahora; Holguín. La de ahora, María Ángela, y su previsión de decisiones salomónicas para luego recular, y Uribe Holguín, familiares entre sí, y su usurpación de poder para regalarle la soberanía del archipiélago de Los Monjes a nuestro vecinos los Venecos; unos malparidos.

Condenaron al autor intelectual del asesinato de Orlando Sierra y medio país sigue diciendo #EraGolDeYepes. Liberaron a JJ, paramilitar que secuestró y violó a la periodista Jineth Bedoya y todo igual, pero sin saber si juega o no Falcao. Nada de relevancia para la indiferencia o ignorancia del pueblo colombiano, pues no sale ni en el Gol Caracol ni en Espectáculo RCN. No tiene por qué extrañarnos que las cosas no se den como queremos pues, cuando nos damos cuenta, ya es muy tarde. Solo sabemos del titular de lo que pasó y no de lo que viene y podemos evitar. ¿Saben quiénes actúa así? Unos malparidos.