miércoles, 28 de mayo de 2014

Chiraq et Le Pen; Santos y Zuluaga

Las elecciones presidenciales de varios países tiene muchas diferencias pero también algunas similitudes. Lo que nos tocó en estas elecciones y más aún en esta segunda ronda tiene cierto parecido con lo ocurrido en Francia en el año 2002.

En ese momento el presidente francés era Jacques Chiraq, quien buscaba una reelección. A pesar de un desempeño promedio, basó su campaña en problemas de orden público. Habían varios candidatos que se destacaban en la contienda. Uno de ellos era Lionel Jospín, hombre de izquierda y propuestas social que se veía como el rival a vencer. Otro era el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, un tipo acusado de fascista y xenofóbico.

Todo el mundo pensaba que de ir a una segunda ronda la disputa sería entre Chiraq y Jospin, representando los dos lados moderados de la política. Era casi obvio que así sería. Tan obvio era, que no pasó, y todo porque cierto sector del electorado no votó convencido que la primera ronda estaba definida y que su participación en esta instancia no era necesaria. Chirac pasó (19.88%) seguido de Le Pen (16.86%), quien le ganó a Jospin (16.18%) por menos de un punto porcentual.

En la siguiente ronda y tras la marcada desaprobación de una política radical, los votantes decidieron su voto por Chirac (82.21%) quien agrupaba a sus votantes y a todos los que estuvieran en desacuerdo con su contradictor Le Pen (17.79%). Prefirieron a un viejo conocido que a un nuevo por conocer, a pesar de considerar que su gobierno no era necesariamente el mejor, con críticas por las pruebas atómicas en la Polinesia francesa, entre otras cosas.

Hoy en Colombia estamos ante un escenario similar. Una segunda ronda, un presidente candidato débil en imagen y ejecución en contra de un derechista cerrado que busca razones para acabar con unos diálogos de paz que pueden ser de lo mejorcito de su contradictor. Santos, con logros diplomáticos y desaciertos sociales, busca que lo reelijan para darle continuidad a un proceso de paz que lleva cierta parte adelantada y que sería una lástima ver cómo se va por el desagüe. Zuluaga, siendo la antítesis, considera que el proceso de paz está mal manejado y ya advierte cambios contundentes a la hora de ser elegido. 

Los electores, sobretodo los que no votaron por ninguno de los anteriores, se ven en una posición en la que el descontento con el desempeño del presidente los haga escoger entre el menos malo a pesar de no identificarse con su programa. La mayoría de los de Clara y Peñalosa votarán por Santos, pues no quieren ver el legado de Uribe resurgir. Los de Marta Lucía no están definidos si seguirán a Zuluaga, recordando que en la política, los votos no son endosables. La abstención (60%) puede determinar quién presidirá al país, eso sí, si no les da muy duro el guayabo de la celebración del triunfo de Colombia el día anterior.

Lo que sí está claro es la posición marcada de los candidatos Santos y Zuluaga. Uno apostándole a la paz, el otro condicionándola, los que quiere decir, poniéndola en riesgo y creyendo que la paz se logra a punto de bala. Santos, El Chirac colombiano, y Zuluaga, en su rol de Le Pen, buscarán la presidencia pero dependen del electorado abstencionista, olvidadizo, indiferente y perezoso que, por no votar, escoge al mal gobierno y luego no hacen sino quejarse.

viernes, 23 de mayo de 2014

Primera Ronda

Ha llegado la hora de la primera ronda de las elecciones presidenciales de este país. Lo que venía siendo una campaña relativamente calmada, con un presidente-candidato liderando las encuestas, siendo perseguido por Peñalosa, se volvió una pugna entre campañas en la cual se destaca lo bajo que pueden caer con tal de afectar al contradictor.

Que J.J. Rendón, Comba y los 12 millones. Que el hacker, pero Zuluaga no sabía. Que 2 millones fueron a la campaña Santos 2010, Que el video del hacker y Zuluaga. Que es un montaje, que no, que el español...

Lamentablemente los candidatos en cuestión, en vez de haber perdido puntos,terminaron ganándolos, y  alejándose de los demás al punto de opacarlos. Peñalosa, quien estuvo en buena posición, no supo aprovechar el rifirafe entre los otros dos, promocionándose más, haciendo más bulla, pero no. Se quedó impávido. Las damas de la disputa, Clara y Marta Lucía, no han presentado nada fuera de lo común ni de lo esperado teniendo en cuenta la posición política contrastante que representan.

Ahora el dilema es del elector. Sobretodo del consciente, pues hay unos grupos bien determinados. Los indecisos y los sordos radicales. Por un lado, hay gente que piensa, lee, escucha, investiga y trata de sacar su propia conclusión pero que se dejan influenciar con el argumento eterno de "pa´que voto por tal si no le va a alcanzar". Estas personas varían entre el voto en blanco, el cual tenía una gran aceptación al principio de la campaña, y las alternativas que tiene, es decir Clara, Marta Lucia y Peñalosa. El otro sector es más definido. Los que apoyan a Zuluaga, los uribistas pura sangre, más que votar por el candidato, lo que están haciendo en votar en contra de Santos, porque consideran que lo que el presidente le hizo a su antecesor no es más que una traición. No le dio continuidad a las políticas que los llevaron hasta allá. Y debido a eso, no hay destape, error, hacker, chuzada, o escándalo que les haga cambiar de opinión. Votar por Zuluaga es votar por el Generalisimo Álvaro Uribe, lo que irónicamente para algunos del electorado es lo mejor y para otros lo peor que puede pasar.

Por otro lado está la polifacética variedad de los que votarán por Santos. Unos son seguidores porque consideran que su gobierno no ha sido malo. Otros, porque se sienten galleta de soda con toda la mermelada que les han echado encima. Otro grupo votará por él porque creen que es el único que puede evitar que Zuluaga llegue al poder, eso si, aclarando que esta intensión puede ser en primera o en segunda ronda, lo que es muy diferente, porque le quita votos a los otros tres o al mismo voto en blanco. 

Las encuestas han dado como ganador a uno o a otro de los que van a la cabeza, pero eso no es relevante, teniendo en cuenta que uno sabrá quién tendrá los mejores resultados dependiendo de quien pague dicha encuesta. Aparte de eso, en ocasiones anteriores nunca se reflejó la verdadera voluntad del elector, sobretodo porque el margen de error nunca ha tenido en cuenta la altísima abstención que hay en Colombia.

Posiblemente pasarán los que dicen que están adelante, porque en Colombia no se hace política con propuestas sino con maquinaria y son estos dos los que más tienen de eso. Por un lado el candidato - presidente con todo el poder y presupuesto que se mezclan con si fuera uno solo, aparte de la Fundación Buen Gobierno, creada con el único fin de poder sobrepasar los limites presupuestales de campaña. Por el otro está la maquinaria idolatría de Uribe, puesta a disposición de Zuluaga, igual que pasó con Santos, y con la capacidad de hacerlo llegar a la presidencia para tenernos a las espera de saber si Zuluaga traiciona los ideales de quien lo impulsó o tendremos en el país el primer caso de Presidente con jefe.