viernes, 18 de enero de 2013

Álvaro Uribe y Lance Armstrong


La frase "nadie le tira piedras a un árbol sin frutos" la dijo Manuel Elkin Patarroyo cuando recibía críticas a diestra y siniestra por sus logros con la vacuna de la malaria. La frase viene al caso para hacer la comparación del título, no sin antes decir que no quiero ponerme del lado de los protagonistas.


Álvaro Uribe Vélez, gústele o no, hizo cambio trascendentales en el país durante su periodo como presidente. Los uribistas, sobre todo los purasangres, lo siguen adorando, tanto que según una encuesta con una pregunta hipotética en la que lo ponen a competir por la Presidencia de la República contra el actual Presidente Juan Manuel Santos, el primero ganaría con 42% contra el 36% del segundo. Los anti uribistas, sobre todo los más cerrados, no admiten nada de lo bueno que ocurrió en 8 años olvidando mejoramiento de seguridad en el campo, reducción de la fuerza guerrillera o la inversión extranjera.

Es debido a estos cambios que se destacó entre los otros mandatarios recientes, y es debido a esos mismos cambios que, cuando se fueron descubriendo los métodos maquiavélicos con que se lograron, Yidis, Das, falsos positivos y desmovilizaciones, la decepción invadió a algunos y a otros los armó de piedras para lanzarle al árbol que estaba dando frutos.

El caso de Lance Armstrong tiene cierta similitud con el de Uribe. Quien el mundo consideraba ser el mejor ciclista de todos los tiempos, el que renombró el Tour de France por el tour de Lance, tras ganar 7 tours seguidos, apabullando a sus rivales, no en las planicies sino en las lomas de mayor dificultad, como los Pirineos, por ejemplo, terminó despojado de títulos tras su confesión de haberse dopado para mejorar su rendimiento. No solo lo espera una multa que puede ser mayor a su fortuna sino que puede enfrentar un carcelazo por haber mentido ante un juez federal, es decir, por perjurio.

Dos celebridades que llegar a la cumbre de su carrera, pero que pusieron un manto de duda ante los ojos de seguidores y detractores porque no se veía claro cómo lograron llegar hasta tan lejos si no tenían tanto lazo. Hubo otros como Maradona y su vida privada de drogas y orgías, Héctor Lavoe con sus adicciones y falta de puntualidad, y otros más que ustedes recordarán, pero no con las consecuencias de nuestros dos protagonistas.

El hombre de la mano fuerte y el corazón grande, según su campaña política y, más tarde, de los tres huevitos. El otro, el del livestrong (viva fuerte) que se veía en su manilla de la campaña contra el cáncer, porque terminó con un huevito. Son de esas similitudes que solo se dan tras siete tours, ocho años de gobierno, o tener mucho huevo.