viernes, 23 de enero de 2015

Referendo, para refrendar...

El proceso de paz, con adeptos y contradictores, sigue avanzando lentamente. Y así, paso a paso, se mueve en un terreno lleno de incertidumbre, sobretodo por el hermetismo con el que el gobierno lo ha manejado desde el comienzo. En aquel momento, solo se pensaba en cómo estarían establecidas las etapas a desarrollar, y se tenía cierta duda al respecto, sobretodo por la falta de credibilidad que había hacia las FARC. 
Hoy, esa credibilidad sigue siendo poca. Sin embargo, últimamente la lupa política se pone sobre cómo se va a refrendar lo que se acuerde en la Habana.

El gobierno había mencionado que el acuerdo sería puesto a disposición del pueblo para que éste, entre rencor y ganas de paz, decidiera con cuáles puntos estaba de acuerdo y con cuáles no. Lo que ahora tiene debatiendo a medio país es, si el mecanismo debe ser un referendo o una consulta popular, y peor, se dice que no hay necesidad de hacerlo valorar por el constituyente primario.

El referendo, mecanismo por el cual se le solicita al pueblo la aprobación de normas o acuerdos de tal magnitud que modificarán la constitución, como sería posiblemente el caso del Acuerdo de Paz con las FARC, implica que se someta a votación lo que se acuerde con ese grupo insurgente. La duda es, ¿se preguntaría por cada punto individual o en bloque? Si se hace individualmente, eso no lo controla nadie. Por un lado, porque los votantes tienen derecho a estar o no de acuerdo con ciertos puntos pero no con otros, sin que necesariamente coincidan en varios haciendo que no pase el umbral, o mínima votación necesaria para que sea válido. Por el otro lado, si es en bloque; ¿quién garantiza que alguien que esté totalmente de acuerdo con 40% de los puntos, por muy trascendentales que sean, votará a favor de la totalidad del acuerdo? Además sería una oportunidad de oro para que los que se oponen al Acuerdo de Paz, hagan proselitismo y hackeadas, para que el sí perezca en el intento...

La consulta popular, a pesar de sus buenas intenciones, no tiene el mismo peso jurídico ya que no sirve para hacer modificaciones a la constitución, sobretodo en puntos políticos, sea participación, o indulto en delitos de esa misma índole.

Aparte está la otra teoría. La de que nada amarra al Presidente a someter lo decidido por su comisión y la de los altos mandos de las FARC a la aprobación del pueblo, si no fuera por la mencionada "buena intención", pero eso era al principio, por amainar la lluvia de críticas. Y, con esto tan adelantado, y sin reelección a la vista, ya pa' que.

Ya veremos pues cómo maneja el gobierno esta situación. Quieren ahorrarse una plata haciéndolo el mismo día de las elecciones de octubre, pero los conocedores del tema dicen que por tiempo no les alcanza. El presidente dijo que lo acordado iría ante los ojos del pueblo antes que pasara por el Congreso. El mismo que dijo que su amistad con su antecesor era inquebrantable. Insanias provocadas por querer la nominación al Nobel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario