viernes, 25 de marzo de 2011

Nippon y Nule

Después de ver todo lo ocurrido en Japón, me pregunto que hubiera pasado si una catástrofe natural y ahora bioquímica de tal proporción nos hubiera golpeado si ningún aviso y con la mínima prevención. Los japoneses reconstruyeron una carretera de varias millas en seis días, mientras que acá Sammy e Ivancito con las ratas desmemoriadas de los Nule no has sido capaces de terminar las trascendentes obras en varias de las vías de neurálgicas de Bogotá.
La recuperación del país del sol naciente está estimada en $250.000 millones de dolares; lo interesante es que los tiene, puede que no en rama, pero con las garantías que pueden presentar ante entidades financieras internacionales, teniendo empresa automotriz y tecnológica como aval, conseguiría el crédito que necesite; además la reconstrucción se haría en un tiempo record, inversamente proporcional a lo que pasa en un país de bonachones e indiferentes como lo somos los colombianos. Todos, me imagino, escucharon la historia del japonés que, después de llegar a Colombia, montado en un taxi por la 26, pregunta: ¿Ustedes tambien, Tsunami?, y el taxita dice: no, Sammy. Tengo toda la certeza que en Japón el menor riesgo que se corre cuando se planea la reconstrucción es encontrarse con contratistas que compran aviones en Miami, mientras dejan empleados sin sueldo argumentando que no hay fondos (Dic. 2009), ni dirán que la corrupción es inherente al ser humano (Feb. 2011). Seguro no habrá ese tipo de contratistas, pero en caso de que los Nule decidieran participar en la licitación, lo que menos les atemoriza a ellos es otro Tsunami ya que, ante un naufragio, las ratas flotan.

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