Tengo que felicitar a Juan Manuel "blue blood" Santos por su capacidad de delegar. Es que no es fácil ponerse en dicha tarea, sobretodo cuando su antecesor y sensei Uribe hacía todo lo contrario; acaparar responsabilidades para que luego los logros se arrumaran en su hoja de vida. Juan Manuel Santos, no solo ha cambiado este aspecto mesiánico de Uribe, sino que ha dejado el protagonismo a un lado. Hasta ahora lo único llamativo ha sido la elección de su gabinete ministerial que, de hecho, cuenta con una amplía aprobación. Tanto sabe delegar el presidente que él no se nota.
A su comandante de batalla, el Ministro del Interior y de Justicia, German Vargas Lleras le ha tocado más de un procedimiento difícil, empezando por retirar el proyecto para que el Fiscal General lo escogiera el Ejecutivo y no la Corte Suprema (ay, Valencia Cossio, en que estabas pensando) cosa que hizo en la primera semana. Además, le tocó hablar con las cortes, tratando de apaciguar la tensión existente entre ellas y Uribe, la cual tenía tinte personal. Ya se están haciendo pasito y parece que reinará dicho estado de ánimo.
Juan Carlos Echeverry, Ministro de Hacienda, tiene la labor de evitar el desplome del dolar en un país que, por exportador, requiere una estabilidad de la tasa representativa para no caer en tragedias económicas internas. Además, le tocó otra perla; el desmonte del 4 por mil. Ya dijeron que será gradual, de a punto por cada dos años, para no privar al erario de esa entrada. Los que saben dicen que debería ser todo de una vez, para estimular la confianza financiera.
La canciller María Ángela Holguín ya dio muestras de qué está hecha al tener que lidiar con Chavecito y con Nicolás Maduro, canciller del vecino país, estando presente en más de una reunión de la más alta diplomacia con gente que de eso no sabe. Sin embargo, sacó paciencia, de esa que Bermudez no tenía, y manejó a los niños como niños, les recibió flores, y se puso a su nivel (dicen que ya le consiguió pantalón a la chaqueta de Chavez).
A Rodrigo Rivera no le ha tocado tan fácil, pues la ola de violencia que azota a Medellín y Cali, viene desde antes de su nombramiento. Sin embargo estaremos pendientes a ver con que sale uno de los ministros que no recibió el beneplácito de todos los colombianos.
Bueno, ¿y Santos que ha hecho? Delegar, gerenciar, administrar. Por algo dicen que se fue el capataz de la finca y llegó el dueño.